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Si uno repasa brevemente la filmografía del director Danny Boyle (Trainspotting, Slumdog millonaire), su elección para liderar un proyecto de la franquicia 007 es como poco, una decisión atípicamente arriesgada. Entre otras cosas porque Boyle nunca ha dirigido una gran superproducción en forma de taquillazo y, porque la acción no es precisamente el ecosistema más adecuado para un estilo como el suyo. La única razón de tal decisión sería el interés de la Metro Goldwyn Mayer por establecer un importante cambio sobre la concepción del personaje y de su universo, escogiendo al ganador del Oscar, al igual que hicieron en su día cuando contrataron a Sam Mendes. El cineasta británico firmó para dirigir en mayo de 2018, pero tan solo tres meses después de la preproducción abandonó el proyecto. Pero ¿cómo iba a ser esa película y por qué Boyle terminó abandonando una franquicia tan exitosa?
A pesar del hermetismo de la MGM con ese proyecto que jamás verá la luz, sí que se filtraron algunos detalles derivados de los primeros movimientos en la preproducción de Boyle. Por ejemplo, se establecieron algunas convocatorias de casting que indicaban que uno de los personajes protagonista sería ruso. El trabajo de elección de reparto no continúo debido a la renuncia de Boyle y de su coguionista, John Hodge. Semanas después el director calificaría el suceso como “una gran vergüenza”, sobre todo porque confiaba en el trabajo que había estado gestando con su colaborador: “Lo que John (Hodge) y yo estábamos haciendo, pensé, era realmente bueno…No estaba terminado, pero podría haber sido realmente bueno”.
El problema pareció ser, básicamente sus ideas, que iban en contra de los deseos de los productores de la MGM. En una entrevista para la revista Total Film, el diseñador de producción Mark Tidesley señaló que Boyle tenía “ideas muy locas” para James Bond, unas declaraciones que bien podrían describir otros trabajos del realizador como Trainspotting.
A diferencia de la libertad que ofrecen otras productoras a los directores, James Bond es una saga estricta en ese sentido. La familia Broccoli controla casi todo lo que tiene que ver con el agente y no suele conceder muchas peticiones ni sobre el casting ni sobre las decisiones creativamente arriesgadas sobre el personaje. Entre todos los rumores, el más destacado es que Danny Boyle pensaba hacer algo parecido a lo que consiguió James Mangold en Logan, es decir, matar al personaje.
Todavía tendremos que esperar algunos años para saber si se arrojan más datos sobre cómo iba a ser esa historia tan diferente que preparaba el director. De momento tendremos que conformarnos (que no es poco) con la historia planteada por Fukunaga, la cual se estrena el próximo viernes día 1 de octubre en nuestro país.